El gobernador del Banco de España, al que coloquialmente llaman MAZO (o algo parecido), habla mucho últimamente de las pensiones. Pero nos gustaría oírle también expresar sus informadas opiniones sobre otras muchas cosas:
-¿Puede quebrar el sistema público de pensiones sin que se quiebre el Estado de Derecho?
-¿Sería posible que pagasen más impuestos los que más tienen y menos los que menos, en una especie de "reinvención" de la justicia social?
-¿Sería posible que dejásemos de ver las pensiones como un "aparte", que únicamente se financian con las aportaciones de los trabajadores (como los fondos de pensiones privados), y las reconociéramos como una estructura básica del reequilibrio del Estado de Bienestar?
-¿Por qué el Banco de España (BE) no se preocupó, ni se preocupa, de las inversiones de riesgo que los bancos hacen con los recursos "cautivos" de los fondos de pensiones privados? ¿Y más cuando éstos fueron promocionados, alentados y subvencionados fiscalmente?
-¿Por qué el BE no dice nada de la utilización por toda la banca nacional de paraísos fiscales, por medio de los cuales se evade impuestos y se sustraen beneficios sociales?
-¿Por qué el BE, una institución pública al servicio de la sociedad, no habla de redistribución de riqueza?
-¿Por qué el BE no frenó la especulación de la vivienda, prohibiendo a los bancos que concedieran créditos más allá del 80% y a no más de 25 años, lo que hubiera contribuido (en alguna medida) a la moderación de los precios?
-¿Por qué el BE no advirtió a gobiernos y ayuntamientos que no debían recalificar terrenos, de una manera tan excesiva, y sobre todo para fines tan alejados de las VPO? ¿Por qué no dijo que no debían hacerse desgravaciones por encima del valor catastral de la vivienda, lo que también hubiera contribuido a la moderación del sector y a un redimensionamiento progresivo?
-¿Por qué el BE no nos advirtió de los riesgos que amenazaban a nuestras queridas "economías de casino"?
-¿Por qué siempre tienen que hablarnos de flexibilizar el mercado de trabajo aquellos que están fuera del mercado y tienen contratos blindados?
-¿Por qué, previa campaña de acoso mediático, es lícito desviar dinero para engordar fondos privados, y no lo es destinar fondos privados (vía impuestos directos) para asegurar el sistema público de pensiones?
En fin, que si la respuesta es: hay que bajar los impuestos, las pensiones, los salarios y las prestaciones sociales, ¿cuál era la pregunta?
miércoles, 9 de diciembre de 2009
martes, 25 de noviembre de 2008
ENCUESTAS
Titular: "Acuerdo de los veintisiete para ampliar la semana laboral por encima de las 48 horas"
(ya sólo faltan trece para los cuarenta de Ali-babá)
Pregunta de la encuesta referida a esa noticia: ¿Le parece bien que se amplíe la semana laboral por encima de las 48 horas?
(ya se nos advierte que la encuesta no es científica, ¡para chasco!, ¿y la pregunta, es científica?)
Otras posibles preguntas de otras posibles encuestas:
¿A usted le importaría trabajar más por el mismo dinero? ¿y por menos dinero?
¿Tiene mucho, poco o ningún interés por mantener los derechos sociales arrancados con sangre de las garras del capital?
(esta pregunta no sé si es científica o no, pero me ha quedado de cine)
Otra pregunta: ¿es deontológico, aunque se advierta, hacer una sociología barriobajera y antipedagógica desde los medios de comunicación?
Otra pregunta: ¿por qué no se nos ha anticipado, desde los medios de comunicación, el peligro de ese acuerdo de la UE y en cambio sí se nos está anticipando y amplificando los graves perjuicios que nos traerá la huelga de transportistas?
Otra pregunta (ésta es para mí): ¿tú crees, pedazo de animal, que alguien va a publicarte esta carta?
Ya lo veremos……
(ya sólo faltan trece para los cuarenta de Ali-babá)
Pregunta de la encuesta referida a esa noticia: ¿Le parece bien que se amplíe la semana laboral por encima de las 48 horas?
(ya se nos advierte que la encuesta no es científica, ¡para chasco!, ¿y la pregunta, es científica?)
Otras posibles preguntas de otras posibles encuestas:
¿A usted le importaría trabajar más por el mismo dinero? ¿y por menos dinero?
¿Tiene mucho, poco o ningún interés por mantener los derechos sociales arrancados con sangre de las garras del capital?
(esta pregunta no sé si es científica o no, pero me ha quedado de cine)
Otra pregunta: ¿es deontológico, aunque se advierta, hacer una sociología barriobajera y antipedagógica desde los medios de comunicación?
Otra pregunta: ¿por qué no se nos ha anticipado, desde los medios de comunicación, el peligro de ese acuerdo de la UE y en cambio sí se nos está anticipando y amplificando los graves perjuicios que nos traerá la huelga de transportistas?
Otra pregunta (ésta es para mí): ¿tú crees, pedazo de animal, que alguien va a publicarte esta carta?
Ya lo veremos……
LUCHEMOS CONTRA LA RIQUEZA
Si preguntáramos en una encuesta (absurda): ¿está usted en contra de la pobreza? Un alto porcentaje, cercano al 100%, nos respondería que sí.
Pero si cambiamos el enunciado y preguntamos: ¿está usted en contra de la riqueza? Nos encontraríamos, probablemente, con un reparto de porcentajes. Y todo estaría relacionado con el famoso argumento que dice que hay que estar en contra de la pobreza, no de la riqueza.
Ahora hagamos una cosa, cambiemos pobreza por enfermedad y riqueza por salud, y sustituyamos esos términos en las preguntas y en el argumento. De la primera cuestión nos saldría un rotundo sí y de la segunda un rotundo no (sin ambigüedades). Y esto pasaría porque no encontramos un argumento sostenible, a nadie escuchamos decir que hay que estar en contra de la enfermedad, no de la salud. Todos entendemos que son la cara y cruz del mismo problema.
Pues bien, pobreza y riqueza también son cara y cruz de una misma moneda (nunca mejor dicho).
Nuevo lema: ¡ Luchemos contra la riqueza!
Pero si cambiamos el enunciado y preguntamos: ¿está usted en contra de la riqueza? Nos encontraríamos, probablemente, con un reparto de porcentajes. Y todo estaría relacionado con el famoso argumento que dice que hay que estar en contra de la pobreza, no de la riqueza.
Ahora hagamos una cosa, cambiemos pobreza por enfermedad y riqueza por salud, y sustituyamos esos términos en las preguntas y en el argumento. De la primera cuestión nos saldría un rotundo sí y de la segunda un rotundo no (sin ambigüedades). Y esto pasaría porque no encontramos un argumento sostenible, a nadie escuchamos decir que hay que estar en contra de la enfermedad, no de la salud. Todos entendemos que son la cara y cruz del mismo problema.
Pues bien, pobreza y riqueza también son cara y cruz de una misma moneda (nunca mejor dicho).
Nuevo lema: ¡ Luchemos contra la riqueza!
SORDOS, CIEGOS Y MUDOS
Ayer estuve trabajando, he ido a ver si ponía algo relacionado con eso en el periódico y no hay nada.
Ayer fui a coger el coche y no tenía batería, he ido a ver si daban la noticia en el periódico y tampoco.
Ayer asistí, junto con otros cientos, a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, he buscado en todas las secciones del periódico (incluidos los anuncios por palabras) y no hay ni una sola línea que comente el acontecimiento.
En la portada aparece la fotografía de una preciosa niña paquistaní en un campo de refugiados de Peshawar. Uno de los refugiados comenta: "la guerra nos ha vuelto nómadas".
En efecto, a ellos, a nosotros, a todos, la guerra (la nuestra, la de ellos, la de todos los días) nos ha vuelto nómadas, y sordos, y ciegos, y mudos. Invisibles.
Ayer fui a coger el coche y no tenía batería, he ido a ver si daban la noticia en el periódico y tampoco.
Ayer asistí, junto con otros cientos, a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, he buscado en todas las secciones del periódico (incluidos los anuncios por palabras) y no hay ni una sola línea que comente el acontecimiento.
En la portada aparece la fotografía de una preciosa niña paquistaní en un campo de refugiados de Peshawar. Uno de los refugiados comenta: "la guerra nos ha vuelto nómadas".
En efecto, a ellos, a nosotros, a todos, la guerra (la nuestra, la de ellos, la de todos los días) nos ha vuelto nómadas, y sordos, y ciegos, y mudos. Invisibles.
NOS ESTAFAN
Cuando privatizaron las pensiones para aumentar la tarta y nos obligaron a enterrar nuestros ahorros en fondos opacos a largo plazo, nos estafaron.
Cuando dejaron que los precios de la vivienda, como si fueran artículos de lujo y no estuviera reconocido su derecho en las constituciones, aumentaran hasta conseguir hipotecarnos hasta la jubilación, nos estafaron.
Cuando inflaron el valor de las acciones de las empresas, jugando con los intereses y el futuro de sus plantillas, nos estafaron.
Cuando dejaron que los bancos hicieran ingeniería y sacaran de sus cuentas de resultados los créditos concedidos, y convirtieran en activos financieros sus hipotecas, y las cambiaran de nombre, y las pasearan por paraísos fiscales, nos estafaron.
Cuando pagaron a los directivos de las multinacionales sueldos millonarios que estaban en función del valor de las acciones, primando los movimientos especulativos a corto plazo frente a las decisiones estructurales, nos estafaron.
Cuando recortaron las inversiones públicas y redujeron los impuestos, porque el Estado cuanto más pequeño y distraído mejor, nos estafaron.
Cuando privatizaron la sanidad, la educación, la luz, el agua, la sal y la madre que lo parió, porque había que seguir aumentando la tarta, nos estafaron.
Cuando, a través del miedo y su incalculable rentabilidad, nos obligaron a temer a los terroristas, a los inmigrantes, a los parados, a la enfermedad, a la soledad y a la miseria, nos estafaron.
Cuando dejaron caer las bolsas para recoger las ganancias, desestabilizar las economías emergentes (que bonito término) y justificar las inversiones públicas, nos estafaron.
Cuando nos dijeron: "si yo gano tú ganas", nos estafaron. Porque la verdad era otra: "si yo gano tú pierdes, y si yo pierdo tú más".
Cuando los llamados "socialdemócratas" se pelearon por asistir a las reuniones del G-20, y perdieron la oportunidad de refundar la Internacional Socialista, y perdieron la oportunidad histórica de hacer pedagogía política y enseñar a la ciudadanía las perversiones del sistema capitalista, nos estafaron.
Cuando, a pesar del exceso de espacio y para simular que hay libertad de expresión y una puñetera y remota posibilidad de cambiar el mundo, consienten en publicar esta carta en El País, nos están estafando.
Cuando dejaron que los precios de la vivienda, como si fueran artículos de lujo y no estuviera reconocido su derecho en las constituciones, aumentaran hasta conseguir hipotecarnos hasta la jubilación, nos estafaron.
Cuando inflaron el valor de las acciones de las empresas, jugando con los intereses y el futuro de sus plantillas, nos estafaron.
Cuando dejaron que los bancos hicieran ingeniería y sacaran de sus cuentas de resultados los créditos concedidos, y convirtieran en activos financieros sus hipotecas, y las cambiaran de nombre, y las pasearan por paraísos fiscales, nos estafaron.
Cuando pagaron a los directivos de las multinacionales sueldos millonarios que estaban en función del valor de las acciones, primando los movimientos especulativos a corto plazo frente a las decisiones estructurales, nos estafaron.
Cuando recortaron las inversiones públicas y redujeron los impuestos, porque el Estado cuanto más pequeño y distraído mejor, nos estafaron.
Cuando privatizaron la sanidad, la educación, la luz, el agua, la sal y la madre que lo parió, porque había que seguir aumentando la tarta, nos estafaron.
Cuando, a través del miedo y su incalculable rentabilidad, nos obligaron a temer a los terroristas, a los inmigrantes, a los parados, a la enfermedad, a la soledad y a la miseria, nos estafaron.
Cuando dejaron caer las bolsas para recoger las ganancias, desestabilizar las economías emergentes (que bonito término) y justificar las inversiones públicas, nos estafaron.
Cuando nos dijeron: "si yo gano tú ganas", nos estafaron. Porque la verdad era otra: "si yo gano tú pierdes, y si yo pierdo tú más".
Cuando los llamados "socialdemócratas" se pelearon por asistir a las reuniones del G-20, y perdieron la oportunidad de refundar la Internacional Socialista, y perdieron la oportunidad histórica de hacer pedagogía política y enseñar a la ciudadanía las perversiones del sistema capitalista, nos estafaron.
Cuando, a pesar del exceso de espacio y para simular que hay libertad de expresión y una puñetera y remota posibilidad de cambiar el mundo, consienten en publicar esta carta en El País, nos están estafando.
miércoles, 25 de junio de 2008
VIDA PERRA
sobre el asiento sucio de un coche que va a gran velocidad
un perro negro se desangra
perseguido por la muerte
la sangre de los perros y de los hombres
se mezcla sobre el asfalto de las calles
desde el infierno de las cloacas de lujo
las ratas escuchan nuestras conversaciones
y acechan nuestros sueños
la felicidad existe
doy fe
la he visto parpadear en las pantallas de los televisores
la selva avanza por las grandes avenidas
lenguas de plomo y miseria manchan las moquetas de los despachos
si no fuera por la vida
y sus inútiles interrupciones
no sería mal negocio el de la muerte
un perro negro se desangra
perseguido por la muerte
la sangre de los perros y de los hombres
se mezcla sobre el asfalto de las calles
desde el infierno de las cloacas de lujo
las ratas escuchan nuestras conversaciones
y acechan nuestros sueños
la felicidad existe
doy fe
la he visto parpadear en las pantallas de los televisores
la selva avanza por las grandes avenidas
lenguas de plomo y miseria manchan las moquetas de los despachos
si no fuera por la vida
y sus inútiles interrupciones
no sería mal negocio el de la muerte
DIEZ PREGUNTAS
¿Y si progresar no fuera llegar el primero sino conseguir que lleguemos todos?
¿Y si el desarrollo y la civilización no fueran una carrera en la que perder es el premio?
¿Y si competir no fuera el verbo para ocultar la explotación?
¿Y si compartir no fuera exclusivo de la pobreza?
¿Y si educar en valores no fuera ponerle precio a la educación?
¿Y si la tecnología no fuera quien nos quita el trabajo, y quien nos quita el trabajo quisiera que eso creyéramos?
¿Y si La Internacional no fuese una terminal de aeropuerto sino un himno, una bandera, una nación y una lengua?
¿Y si Alejandro Sanz tuviese razón, y dar lo que a uno le sobra nunca fue compartir sino dar limosna?
¿Y si Dios viviera entre nosotros, escondido en un campo de refugiados?
¿Y si UTOPÍA fuese la próxima estación de metro?
¿Y si el desarrollo y la civilización no fueran una carrera en la que perder es el premio?
¿Y si competir no fuera el verbo para ocultar la explotación?
¿Y si compartir no fuera exclusivo de la pobreza?
¿Y si educar en valores no fuera ponerle precio a la educación?
¿Y si la tecnología no fuera quien nos quita el trabajo, y quien nos quita el trabajo quisiera que eso creyéramos?
¿Y si La Internacional no fuese una terminal de aeropuerto sino un himno, una bandera, una nación y una lengua?
¿Y si Alejandro Sanz tuviese razón, y dar lo que a uno le sobra nunca fue compartir sino dar limosna?
¿Y si Dios viviera entre nosotros, escondido en un campo de refugiados?
¿Y si UTOPÍA fuese la próxima estación de metro?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)