martes, 25 de noviembre de 2008

ENCUESTAS

Titular: "Acuerdo de los veintisiete para ampliar la semana laboral por encima de las 48 horas"
(ya sólo faltan trece para los cuarenta de Ali-babá)
Pregunta de la encuesta referida a esa noticia: ¿Le parece bien que se amplíe la semana laboral por encima de las 48 horas?
(ya se nos advierte que la encuesta no es científica, ¡para chasco!, ¿y la pregunta, es científica?)
Otras posibles preguntas de otras posibles encuestas:
¿A usted le importaría trabajar más por el mismo dinero? ¿y por menos dinero?
¿Tiene mucho, poco o ningún interés por mantener los derechos sociales arrancados con sangre de las garras del capital?
(esta pregunta no sé si es científica o no, pero me ha quedado de cine)
Otra pregunta: ¿es deontológico, aunque se advierta, hacer una sociología barriobajera y antipedagógica desde los medios de comunicación?
Otra pregunta: ¿por qué no se nos ha anticipado, desde los medios de comunicación, el peligro de ese acuerdo de la UE y en cambio sí se nos está anticipando y amplificando los graves perjuicios que nos traerá la huelga de transportistas?
Otra pregunta (ésta es para mí): ¿tú crees, pedazo de animal, que alguien va a publicarte esta carta?
Ya lo veremos……

LUCHEMOS CONTRA LA RIQUEZA

Si preguntáramos en una encuesta (absurda): ¿está usted en contra de la pobreza? Un alto porcentaje, cercano al 100%, nos respondería que sí.
Pero si cambiamos el enunciado y preguntamos: ¿está usted en contra de la riqueza? Nos encontraríamos, probablemente, con un reparto de porcentajes. Y todo estaría relacionado con el famoso argumento que dice que hay que estar en contra de la pobreza, no de la riqueza.
Ahora hagamos una cosa, cambiemos pobreza por enfermedad y riqueza por salud, y sustituyamos esos términos en las preguntas y en el argumento. De la primera cuestión nos saldría un rotundo sí y de la segunda un rotundo no (sin ambigüedades). Y esto pasaría porque no encontramos un argumento sostenible, a nadie escuchamos decir que hay que estar en contra de la enfermedad, no de la salud. Todos entendemos que son la cara y cruz del mismo problema.
Pues bien, pobreza y riqueza también son cara y cruz de una misma moneda (nunca mejor dicho).
Nuevo lema: ¡ Luchemos contra la riqueza!

SORDOS, CIEGOS Y MUDOS

Ayer estuve trabajando, he ido a ver si ponía algo relacionado con eso en el periódico y no hay nada.
Ayer fui a coger el coche y no tenía batería, he ido a ver si daban la noticia en el periódico y tampoco.
Ayer asistí, junto con otros cientos, a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, he buscado en todas las secciones del periódico (incluidos los anuncios por palabras) y no hay ni una sola línea que comente el acontecimiento.
En la portada aparece la fotografía de una preciosa niña paquistaní en un campo de refugiados de Peshawar. Uno de los refugiados comenta: "la guerra nos ha vuelto nómadas".
En efecto, a ellos, a nosotros, a todos, la guerra (la nuestra, la de ellos, la de todos los días) nos ha vuelto nómadas, y sordos, y ciegos, y mudos. Invisibles.

NOS ESTAFAN

Cuando privatizaron las pensiones para aumentar la tarta y nos obligaron a enterrar nuestros ahorros en fondos opacos a largo plazo, nos estafaron.
Cuando dejaron que los precios de la vivienda, como si fueran artículos de lujo y no estuviera reconocido su derecho en las constituciones, aumentaran hasta conseguir hipotecarnos hasta la jubilación, nos estafaron.
Cuando inflaron el valor de las acciones de las empresas, jugando con los intereses y el futuro de sus plantillas, nos estafaron.
Cuando dejaron que los bancos hicieran ingeniería y sacaran de sus cuentas de resultados los créditos concedidos, y convirtieran en activos financieros sus hipotecas, y las cambiaran de nombre, y las pasearan por paraísos fiscales, nos estafaron.
Cuando pagaron a los directivos de las multinacionales sueldos millonarios que estaban en función del valor de las acciones, primando los movimientos especulativos a corto plazo frente a las decisiones estructurales, nos estafaron.
Cuando recortaron las inversiones públicas y redujeron los impuestos, porque el Estado cuanto más pequeño y distraído mejor, nos estafaron.
Cuando privatizaron la sanidad, la educación, la luz, el agua, la sal y la madre que lo parió, porque había que seguir aumentando la tarta, nos estafaron.
Cuando, a través del miedo y su incalculable rentabilidad, nos obligaron a temer a los terroristas, a los inmigrantes, a los parados, a la enfermedad, a la soledad y a la miseria, nos estafaron.
Cuando dejaron caer las bolsas para recoger las ganancias, desestabilizar las economías emergentes (que bonito término) y justificar las inversiones públicas, nos estafaron.
Cuando nos dijeron: "si yo gano tú ganas", nos estafaron. Porque la verdad era otra: "si yo gano tú pierdes, y si yo pierdo tú más".
Cuando los llamados "socialdemócratas" se pelearon por asistir a las reuniones del G-20, y perdieron la oportunidad de refundar la Internacional Socialista, y perdieron la oportunidad histórica de hacer pedagogía política y enseñar a la ciudadanía las perversiones del sistema capitalista, nos estafaron.
Cuando, a pesar del exceso de espacio y para simular que hay libertad de expresión y una puñetera y remota posibilidad de cambiar el mundo, consienten en publicar esta carta en El País, nos están estafando.