miércoles, 9 de diciembre de 2009

COMIDA BASURA

Comemos comida basura. Tenemos trabajos basura. Relaciones basura. Política basura. Medios de Comunicación basura. Educación basura. Sanidad basura.
Y luego tenemos basura y más basura. Estamos inundados de basura. El futuro no es utópico, el futuro será un escombro.
Y para no decir lo que estamos pensando, que todo es una mierda, nos buscamos eufemismos que desodoricen nuestra vida. Igual que los esquimales tienen varias palabras para nombrar los diferentes tipos de blanco, puesto que donde todo es blanco, decir blanco no define nada.
Nosotros necesitamos dotarnos de un nuevo lenguaje que discrimine, diferencie y aclare donde ponemos los variados residuos de esta "suciedad". Éramos ciudadanos, trabajadores, ahora somos excedentes, recursos/residuos humanos.
El proceso de reciclaje al que sometemos nuestra basura, lo orgánico al cubo naranja, el plástico al amarillo, el vidrio al verde, el papel al azul (siempre pienso que faltaría un cubo más, quizás negro, para recoger las dudas, un equivalente al "no sabe/no contesta" de las encuestas). Ese mismo reciclaje lo trasladamos a nuestro lenguaje, y así ya no comemos basura, comemos alimentos probióticos, dietéticos, bajos en todo y sanos en nada. ¿Y la basura?, en los cinco contenedores que hemos llenado con lo que no me sirve.
Los trabajos son flexibles, las relaciones son una red, la política es gobernanza y gestión, los medios de comunicación son interactivos, la educación es proactiva y actitudinal, los parados son "desempleados en búsqueda activa de empleo", y la sanidad, es públicamente privada o viceversa. ¿Y el valor de la experiencia (que no es orgánica, ni plástica, ni papel, ni cristal) donde lo ponemos?, pues en el contenedor negro, en el de las dudas.
Date prisa, olvida el ayer y no pienses en el mañana, recíclate y disfruta mientras piensas en el color del contenedor que recogerá tus restos.
La vida, como en Misión imposible, se autodestruirá en cinco segundos. ¡Chassss!

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