jueves, 20 de mayo de 2010

LA CALMA

Diez propuestas para calmar a los mercados:
- Cerrar las Bolsas durante una temporada.
- Creación de una Banca Pública Europea.
- Un impuesto sobre las transacciones financieras.
- Eliminación de los paraísos fiscales.
- Anular las agencias de calificación de deuda.
- Un IRPF progresivo que grave a las rentas altas un porcentaje de justicia social.
- Pena de cárcel sin fianza (con pedagogía social, es decir, con esposas y cámaras de televisión) para cualquier delito fiscal o corrupción de importancia (venga esta determinada por la cuantía o por la persona que lo comete).
- Reforzar las redes de solidaridad públicas (mayor inversión en educación, sanidad y pensiones) frente a la descarada incentivación, que desde los Estados, se hace de los recursos privados.
- Creación de foros de debate públicos, educación ciudadana y democracia participativa/deliberativa.
Bueno, aunque dije diez, a lo mejor con estas nueve medidas nos calmábamos todos un poco.

SALUD Y REPÚBLICA

En el poema La Tierra Baldía, T.S. Eliot dice: "Leo, casi toda la noche, y en invierno viajo al Sur". Este verso lo tenía Manuel Vázquez Montalbán como un referente de vida, como un objetivo a conseguir. Sólo aquellos que son dueños de su tiempo pueden leer hasta entrada la noche y en invierno viajar al sur.
Pero Vázquez Montalbán agregaba a este verso una dimensión ética, social, y decía: "....y además, pagar mis deudas y enterrar a mis muertos".
Lo que hoy vemos cada día es que hay muchas personas que no tienen ni tiempo ni dinero (paro, crisis, precariedad). Otras no pagan sus deudas (corrupciones político-económicas). Y otras, no nos dejan enterrar a nuestros muertos (Varela, falange e hijos).

¡Salud y república!

EL CÍRCULO

Pregunta la maestra: "Vamos a ver Jaimito, ¿qué es un círculo?". Y dice Jaimito: "Pues verá señorita, un círculo es una envolvente. O sea, es cuando nos proponen como solución lo que en realidad es la causa del problema. Espere, que me explico. Resulta que como hay un desequilibrado proceso económico que permite una acumulación excesiva de capital financiero, frente a las cada vez más limitadas inversiones industriales (sobreproducción, le llaman), pues se generan unos incontrolados fondos (privados y soberanos) que no tienen otra salida que la especulación. Producto de esa especulación la situación económica, laboral y social de las personas se ve resquebrajada. Para que la situación no se deteriore aún más, los Estados deciden intervenir (con fondos públicos) y dedican enormes cantidades de dinero que destinan a bancos y entidades financieras para impedir su quiebra. Debido a estas acciones, los Estados (que gastan más que ingresan) generan déficit en sus cuentas públicas. Y entonces, y aquí viene lo mejor señorita, los bancos, las patronales, el poder económico (o sea, el poder, señorita) señala a los gobiernos como los culpables de la crisis y les exige que bajen los impuestos (que es como si le digo a mi padre que para arreglar los problemas económicos de mi familia se baje el salario), que bajen las pensiones, que bajen las indemnizaciones por desempleo. ¿Ve lo que le digo?
Bueno, un círculo es también un área o superficie plana contenida dentro de una circunferencia".

EL MERCADO

Cuando las empresas que cotizan en Bolsa quieren mandar un mensaje al Mercado de firmeza, agilidad, decisión y responsabilidad, anuncian a través de los medios de comunicación una reducción de plantilla, una fusión (con disminución de costes y competencia) o como poco, una redefinición estratégica en sus políticas comerciales.
Cuando un Estado quiere reforzar su imagen, luchar contra la pérdida de confianza de su economía, calmar las presiones a su deuda pública, anuncia a los titulares del Mercado (banqueros, analistas, instituciones financieras) una decidida reducción del déficit: recorte del gasto público, reforma del mercado de trabajo, ampliación de la edad de jubilación, etc.
Cuando una empresa se dirige al Mercado, es un discurso entre iguales. Ni empresas ni mercados son democráticos.
Cuando un Estado "democrático" habla con el Mercado, y entrega la vida de sus ciudadanos como prenda y les sacrifica en el altar de la oferta/demanda está traicionando su mandato constitucional.
Y esto, aunque les suene aquí y ahora, transciende este momento y lugar. Claro.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

IMPRESCINDIBLES

Se dice coloquialmente que nadie es imprescindible. Pero esto no es cierto, al menos como una afirmación absoluta. Todos somos prescindibles e imprescindibles al mismo tiempo. Somos biológicamente prescindibles pero socialmente imprescindibles. Y claro que todo sigue girando, en la historia y en las pequeñas vidas, sin ese individuo. Pero lo que nadie sabe es qué hubiese pasado si él siguiera estando, o más aún, qué hubiese pasado si jamás hubiera estado.
Algo de esto nos quiere mostrar Frank Capra en "Qué bello es vivir", cuando a través del ángel hace que James Stewart vea las consecuencias que su inexistencia habría ocasionado en la vida de aquella ciudad y sus ciudadanos.
En el ámbito de la empresa también se dice esto, para indicar que todos somos sustituibles, piezas intercambiables unas por otras. La empresa puede y debe seguir funcionando se vaya quien se vaya, se quede quien se quede.
¿Pero cómo saber qué hubiese pasado sin la participación de ese o aquel en la dinámica, en la "biografía de la empresa"?
Aquello por lo que se paga a las personas es la parte más prescindible, es aquello por lo que no se le paga, es aquello que no tiene precio lo que es y nos hace imprescindibles.

MATERIA OSCURA

Dicen los físicos que han descubierto que el universo es plano. Que la materia conocida, sobre la que hay leyes, es un 4%, el resto es alguna otra cosa (materia y energía oscura, lo llaman).
La ONU ha dicho que el número de hambrientos supera por primera vez los mil millones. Lo que traducido en términos físicos sería algo así:
"Hemos descubierto que la sociedad no es plana, es curva, y tiene cuevas, zonas oscuras que no sabemos (o queremos) abordar. Nuestras leyes, nuestros valores, nuestras ideas de primer mundo no alcanzan, no explican, no iluminan las sombras de los otros mundos".
Vamos a ciegas golpeándonos con nuestra propia ignorancia. El egoísmo democrático y la maldad solidaria se apoderan de nuestros discursos. De la honradez, al contrario que la heroína, es fácil desengancharse. ¿Cómo empezar, sobre qué construir de nuevo? Este podría ser un buen pilar: HAMBRE CERO.

COMIDA BASURA

Comemos comida basura. Tenemos trabajos basura. Relaciones basura. Política basura. Medios de Comunicación basura. Educación basura. Sanidad basura.
Y luego tenemos basura y más basura. Estamos inundados de basura. El futuro no es utópico, el futuro será un escombro.
Y para no decir lo que estamos pensando, que todo es una mierda, nos buscamos eufemismos que desodoricen nuestra vida. Igual que los esquimales tienen varias palabras para nombrar los diferentes tipos de blanco, puesto que donde todo es blanco, decir blanco no define nada.
Nosotros necesitamos dotarnos de un nuevo lenguaje que discrimine, diferencie y aclare donde ponemos los variados residuos de esta "suciedad". Éramos ciudadanos, trabajadores, ahora somos excedentes, recursos/residuos humanos.
El proceso de reciclaje al que sometemos nuestra basura, lo orgánico al cubo naranja, el plástico al amarillo, el vidrio al verde, el papel al azul (siempre pienso que faltaría un cubo más, quizás negro, para recoger las dudas, un equivalente al "no sabe/no contesta" de las encuestas). Ese mismo reciclaje lo trasladamos a nuestro lenguaje, y así ya no comemos basura, comemos alimentos probióticos, dietéticos, bajos en todo y sanos en nada. ¿Y la basura?, en los cinco contenedores que hemos llenado con lo que no me sirve.
Los trabajos son flexibles, las relaciones son una red, la política es gobernanza y gestión, los medios de comunicación son interactivos, la educación es proactiva y actitudinal, los parados son "desempleados en búsqueda activa de empleo", y la sanidad, es públicamente privada o viceversa. ¿Y el valor de la experiencia (que no es orgánica, ni plástica, ni papel, ni cristal) donde lo ponemos?, pues en el contenedor negro, en el de las dudas.
Date prisa, olvida el ayer y no pienses en el mañana, recíclate y disfruta mientras piensas en el color del contenedor que recogerá tus restos.
La vida, como en Misión imposible, se autodestruirá en cinco segundos. ¡Chassss!